lunes, 29 de junio de 2009

Licores



Desde la antigüedad los licores han sido esa bebida particular por su sabor y textura que caracterizan un determinado momento de nuestras vidas. Es común compartir una copa de este con personas que creemos especiales como nuestra pareja o algún viejo amigo.


El sabor de lo dulce con el dejo amargo del alcohol nos remite a un estado de tranquilidad aclimatando una situación. Tantas veces venimos cansados del trabajo, el ruido de la ciudad y la agobiante rutina. En esos momentos buscamos relajarnos y nada mejor que una medida de licor que nos llene de paz para terminar el día.

Los licores resultan un buen acompañante para los momentos de nostalgia melancolía o romanticismo. Es un gesto de cordialidad regalar a las personas queridas una botella de esta bebida como muestra del aprecio que se le tiene.

A diferencia de otras bebidas más comunes como el vino o la cerveza, de consumo cotidiano para algunas personas, los licores son para ocasiones especiales porque su sabor es especial y muy pocas personas comprenden la particular delicadeza que le atribuye una copita de licor a un especial momento.